viernes, junio 03, 2016

Venezuela, un gran campo de concentración.

Un argentino en el café Tortoni, es casi tan raro como un tigre blanco. A ese típico bar de Buenos Aires entran millones de turistas pero muy pocos nativos, exceptuando los mozos, que tal vez sean uruguayos o chilenos.
En ese sitio tan nuestro me reuní con un amigo de Venezuela, recién llegado y de quien no diré nada más salvo sus dichos, para preservar su identidad. La pregunta a responder era un video que me llegó de la gente agolpándose en la puerta de un supermercado venezolano para poder comprar algo, y no porque hay ofertas o regalen algo, sino solo para poder comprar antes que se acabe todo. Videos en internet son los mayores propagadores de mitos, cualquier gurú de segunda te muestra así las soluciones del universo. Pero esto no es fraude, no es fantasía.
-No es un mito. Es una realidad. Una realidad asquerosa.  Y no solo no hay alimentos, no hay medicinas. Lo he vivido. He llegado a hacer 4 o 5 horas de cola para poder comprar comida. Para entrar al establecimiento a comprar. Al principio eran largas colas, pero salías con tu compra,  luego implementaron el sistema de las huellas digitales y solo podías comprar una vez a la semana... ese producto en particular porque si volvías a comprar, al tomarte la huella el sistema decía cuanto y cuando habías comprado.-
Ante esto no pude más que hacer una observación sobre el Gran Hermano de 1984, o algún otro personaje nefasto de alguna distopía similar. No me refiero precisamente al programa de realitys que utiliza como nombre algo tan tétrico. El control de los cuerpos recordando a Foucault, lo entendemos aquí por quien controla el alimento controla a los cuerpos. 
-Luego las colas se hicieron mas largas y cada vez menos compra. Finalmente te venden un solo día a la semana, que te toca por el terminal de tu cédula de identidad. Yo he llegado a hacer 3 o 4 colas e irme sin siquiera llegar cerca de la puerta porque ya se había terminado todo. Mi cuñada fue a comprar y a los que estaban en la cola le tomaron la cédula y la metieron en una caja y sacaban cédulas y esos eran los que podían comprar,  aunque fuera el día que te tocaba y estuvieras desde hacia horas haciendo la cola. 
-O sea que fue más por una selección a dedo o por acomodo que por selección justa e imparcial.-dije más como aseveración que como pregunta.
-Aha. La mayoría de las colas se hacen al sol. Maltratados, humillados. Este país se convirtió en un gran y extenso campo de concentración.  Vivimos en condiciones infrahumanas. El 85 % del país no tiene agua corriente y al que le llega, le llega un barro maloliente. La principal represa del país, tiene 8 turbinas y solo le funcionan 2, con lo cual hemos llegado a estar hasta 18 horas sin luz. Allí, para que te hagas una idea, hay que caminar 4 o 5 panaderías para comprar pan y si lo consigues debes hacer cola. No hay pasta de dientes, no hay jabón de tocador, no hay toallas sanitarias para el periodo de la mujer, no hay pañales,  no hay harina de trigo, no hay harina de maíz, es más, no hay trigo, las semillas están muriendo por el calor porque no hay agua para los riegos. No hay medicinas, debíamos recorrer todas las farmacias posibles para... de una lista de 20 o 25 remedios que toma toda la familia, conseguir 2 o 3. La gente se esta muriendo y no se dice nada. Se mueren las personas con cáncer, con HIV, con enfermedades cardíacas,  no hay remedios para la presión. Y es porque el gobierno cada vez recorta y recorta mas, solo para tener más y más y gastan dólares en estupideces, tipo... ejercicios militares, ...tanques rusos y aviones chinos, en vez de dar los dólares para las materias primas, repuestos mecánicos, eléctricos y automotrices. No hay casi transporte público porque no hay repuestos, baterías, cauchos... el otro día me encontré con un amigo que hacía como 2 años que no veía, (previamente a su venida a la Argentina) y me impresionó muchísimo que me preguntara: “Y ustedes como están haciendo? Están comiendo?”-
Ante este hecho, un nudo se me hace en la garganta, necesitando un Alejandro Magno para cortarlo.
-En tu caso es como ser un exiliado.-
-Es muy doloroso. Los militares que deben cuidar las colas, cuando llega... la comida, la suben en sus vehículos y se la llevan... y la gente se queda ahí, humillada, enojada y con hambre. No hay leche para los niños,  no hay remedios para las alergias ni alimentación especial.-
-Eso no se ve en las noticias. Los medios masivos no cuentan estos hechos. Quizá por descreimiento o duda indiferente.-
Mi amigo menea la cabeza.
-Hace varios días, fue noticia una operación en un hospital publico iluminada por los teléfonos celulares... NO ES UN MITO, NO ES MANIPULACION MEDIATICA, Lo que si es, es una guerra económica,  pero del gobierno hacia el pueblo.-
Después de toda esta larga charla, no pude más que estremecerme. De dolor, de vergüenza ajena, de furia contenida. Como un país invade a otro para “liberarlo”, pero ante los casos como este país hermano de Sudamérica se hacen los desentendidos. Muchos creen que los argentinos nos salvamos de seguir ese camino, ahora que se fue el gobierno anterior. Se equivocan, el actual sigue tan leal a las corporaciones como Monsanto y otras similares como el anterior gobierno. Y si gente con ese poder te puede matar de hambre; seguimos el mismo destino. Si ahora el ejercito tiene más poder gracias a la derogación del decreto del presidente Alfonsín que limitaba su accionar; seguimos el mismo destino. 
-En Argentina, no la estamos pasando tan bien, pero en Venezuela es peor.-comento yo, sabiendo que su situación particular es exactamente esa. No está pasándola nada bien aun hoy, alguien que todavía no tiene la nacionalidad argentina ni el DNI hasta el mes próximo. Lo cual le impide conseguir trabajo o cubrir otras necesidades. Pero eso no se compara con lo acontecido en su país, explica claramente.
-La situación allá es tres veces más grave que acá.-finalizó mi amigo.
Al decirle que iba a transcribir nuestra entrevista, aclarando que para preservar su identidad sería en modo de entrevista indirecta, remató la charla:
-Solo no pongas mi nombre. Hasta en eso peligramos.-
Un nuevo escalofrío de mi parte, recordando como los militares venezolanos hacen y deshacen como quieren, acomodan a los suyos o les dan prioridad-exclusividad para conseguir los productos. Y el discurso de Maduro, o debería decir “Más duro de la cabeza”, es que la burguesía derechista ataca a su modelo y genera este desabastecimiento. Pero las preguntas que me surgen son: ¿Si ese es el caso, como es su Gobierno tan impotente de manejar esa situación con todo lo que han hecho y deshecho a gusto? ¿Porqué los militares son los que reparten a conveniencia y no con justicia los pocos bienes que llegan al pueblo? Estos hechos se asemejan a los de la Rusia comunista, donde una elite, tanto petrolera como militar, controlaba grandes masas de proletarios. La elite vivía excelente, aunque disimulando, mientras el pueblo se ajustaba. En Cuba, con bloqueo estadounidense y falta de suministros, se organizaban tan bien. Es el fracaso del sistema comunista que siguen creyendo que funcionará, con solo su enfoque materialista histórico y dejando de lado al ser humano. Gracias a la buena fortuna, siempre fracasarán, gracias a la rebelión de los pueblos.